El último informe del Programa para la Evaluación Integral de Alumnos (PISA) 2022, elaborado por la OCDE, ha reafirmado la posición de los países y economías de Asia entre los mejores sistemas educativos a nivel mundial. Varios países y economías de esta región sobresalen en todas las áreas evaluadas, consolidándose, a su vez, como los más desarrollados en términos de equidad y resiliencia. Como resultado, el éxito educativo asiático se ha convertido en un modelo de referencia global.
La educación ha sido reconocida como un pilar fundamental para el desarrollo de todas las naciones. Desde su proclamación en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, se ha consolidado como una herramienta esencial para fomentar la igualdad, la inclusión y la estabilidad social, además de impulsar un crecimiento económico sostenible basado en la innovación y el fortalecimiento institucional. El informe PISA de la OCDE, evalúa, cada tres años, los conocimientos y habilidades adquiridos por los jóvenes de 15 años tras completar la educación básica, en más de 80 países y economías.
Asia entre las primeras posiciones del informe PISA de 2022

Los países y economías de Asia ocupan los primeros puestos en las tres competencias fundamentales evaluadas por el informe PISA 2022: matemáticas, lectura y ciencias. En particular, Singapur destaca con una puntuación significativamente superior a la del resto de países y economías, liderando en cada una de las competencias evaluadas con más de 540 puntos en todas ellas. Además, también sobresale en la distribución de estudiantes por niveles de competencia, que van del nivel 1 (más bajo) al 6 (más alto).
En matemáticas, los seis países y economías con mejor desempeño pertenecen a Asia Oriental: Singapur, Macao, China Taipéi, Hong Kong, Japón y Corea del Sur. En cinco de estos sistemas educativos, más del 85% de los estudiantes alcanzaron al menos el nivel 2 en esta competencia, superando en 16 puntos porcentuales la media de la OCDE. Asimismo, en Hong Kong, Macao, Singapur y China Taipéi, más del 10% de los estudiantes lograron el nivel 6, mientras que en el resto de los países y economías esta proporción apenas alcanza el 5% y, en 46 de ellos, ni siquiera llega al 1%.
En lectura, Singapur, Japón, Corea del Sur, China Taipéi y Macao se posicionan nuevamente entre los mejores, junto a algunos de Europa como Irlanda, en segundo lugar, y Estonia, en sexto. En estos sistemas educativos, menos del 15 % de los estudiantes se encuentran por debajo del nivel 2. Además, en solo siete países y economías —incluyendo Singapur, Japón, Corea del Sur y China Taipéi— más del 10 % de los estudiantes alcanzan el nivel 5, y en Singapur un 5% logra el nivel 6. Esta última cifra es especialmente destacable considerando que, en 11 países y economías, ningún estudiante alcanza el nivel 6 y, en la mayoría, el porcentaje no supera el 1%.
En ciencias, los sistemas educativos con mejor rendimiento vuelven a ser los seis de Asia Oriental, con el europeo de Estonia ocupando la sexta posición, justo por delante de Hong Kong, con una diferencia de solo seis puntos. Estos siete sistemas educativos son los únicos en los que menos del 15% de los estudiantes se sitúan por debajo del nivel 2. Singapur, una vez más, lidera con un 6% de sus estudiantes, alcanzando el nivel 6, en contraste con 60 de los 81 países y economías evaluados, donde esta proporción no supera el 1%.
En conjunto, estos seis sistemas educativos de Asia Oriental forman parte de los 18 que superan la media de la OCDE en las tres competencias evaluadas, mientras que los otros 63 países y economías participantes no logran alcanzar dicho umbral. Estos resultados refuerzan la posición de la región asiática como modelos educativos cercanos a alcanzar la competencia básica universal.
La clave de la equidad en los resultados del informe PISA de 2022
Dentro de la región asiática, los sistemas educativos de Hong Kong, Japón, Corea del Sur y Macao se encuentran entre los diez más destacados en términos de equidad e inclusión, según el informe PISA 2022. Además, su rendimiento promedio en las tres competencias evaluadas superó la media de la OCDE, reflejando en sus sistemas educativos con niveles de equidad significativamente altos, una mayor proporción de estudiantes con desempeño académico sobresaliente.
Particularmente, Hong Kong y Macao destacan por una influencia del nivel socioeconómico en los resultados académicos que no supera el 6%, y un índice de resiliencia académica que supera el 15%. Por otro lado, los sistemas educativos de Singapur y China Taipéi presentan una relación entre rendimiento y estatus socioeconómico estadísticamente comparable a la media de la OCDE, lo que sugiere que las diferencias en el desempeño no están directamente vinculadas a la condición económica de los estudiantes.
En cuanto a la brecha de género, los resultados en la región asiática muestran tendencias dispares. En Japón, Hong Kong y Macao, la proporción de niños con alto rendimiento en matemáticas es significativamente mayor que la de las niñas. Por otro lado, en Corea del Sur, las niñas superan a los niños en lectura en los niveles más altos de desempeño. Si bien en Macao y Singapur la brecha de género ha mostrado una tendencia creciente, estas diferencias son menos pronunciadas entre los estudiantes con niveles de competencia más bajos.
Otro factor relevante es la variabilidad del rendimiento entre centros educativos. En Japón y China Taipéi, las diferencias entre escuelas explican aproximadamente el 50% de la variación total en el desempeño matemático. En contraste, Corea del Sur ha logrado una mayor equidad entre instituciones educativas, en gran parte gracias a una mayor inversión en recursos para escuelas con estudiantes de menor nivel socioeconómico.
También es importante destacar otros países como Filipinas, donde las políticas educativas han favorecido una reducción progresiva de la brecha socioeconómica en el rendimiento académico, especialmente en matemáticas. Estos esfuerzos reflejan el impacto positivo de estrategias enfocadas en la equidad educativa dentro de la región asiática.
La resiliencia de los sistemas educativos asiáticos
Los sistemas educativos asiáticos también destacan por su resiliencia en términos de rendimiento, equidad y bienestar juvenil. Japón, Corea del Sur y China Taipéi, junto con Lituania, se posicionaron como los países y economías con mejores resultados en estos tres aspectos, mientras que otros como Singapur y Hong Kong lograron avances significativos en al menos uno o dos de ellos.
La pandemia de la COVID-19 puso a prueba la capacidad de adaptación de los sistemas educativos a nivel global, en un contexto donde el cierre de escuelas fue imprescindible. Durante este período, se evidenciaron marcadas diferencias en la confianza de los estudiantes en su capacidad de aprendizaje autodirigido. Sin embargo, los países y economías de Asia mostraron un impacto relativamente menor en este aspecto, lo que refleja la solidez de sus sistemas educativos. Además, sobresalieron por fomentar un fuerte sentido de pertenencia escolar y por minimizar las distracciones derivadas del uso de dispositivos digitales.
Otro indicador clave de resiliencia es la equidad dentro de los entornos educativos. Un caso especialmente notable es Macao, el único sistema donde los estudiantes de contextos socioeconómicos desfavorecidos reportaron sentirse tan conectados socialmente como sus compañeros con mayores recursos. Este tipo de resultados subraya el compromiso de varios países y economías de Asia con la creación de entornos educativos inclusivos y equitativos para un mayor desarrollo, incluso en situaciones de crisis.
Los factores del éxito educativo en Asia
Desde la década de 1990, Asia ha implementado una serie de reformas que han transformado sus sistemas educativos, sentando las bases para una mayor eficiencia y competitividad. Estas reformas han impulsado la mejora en la formación docente, el acceso universal a la educación como herramienta para combatir la exclusión social, y la consolidación de sistemas educativos de alto rendimiento.
Uno de los principales factores del éxito educativo en Asia es la figura del docente. Según la OCDE, la calidad de la enseñanza es uno de los factores más determinantes del rendimiento académico. En los países y economías asiáticos, la enseñanza es una profesión de gran prestigio y requiere de elevadas calificaciones para su acceso. La promoción de la innovación y la investigación pedagógica han llevado a la implementación de programas de formación docente rigurosos y continuos. Estos sistemas educativos también se caracterizan por la supervisión constante del desempeño de los profesores y los resultados escolares de sus estudiantes, además de incentivos que fomentan la investigación de nuevas metodologías de enseñanza eficientes. En algunos casos, como en Singapur, los procesos de selección del profesorado son especialmente exigentes.
Otro elemento clave del éxito educativo en Asia radica en el apoyo público, la gestión y el funcionamiento estructurado de sus sistemas educativos. La estabilidad y continuidad de la legislación educativa en la región han permitido consolidar modelos que combinan altos niveles de rendimiento y equidad. De hecho, los resultados obtenidos en los informes internacionales son más elevados de lo que cabría esperar por su nivel de renta per cápita e inversión económica por estudiante. Se ha demostrado que, más allá de un determinado umbral, un mayor gasto por estudiante no necesariamente se traduce en un mejor desempeño académico. Este fenómeno es particularmente evidente en Asia Oriental, donde la inversión por alumno varía considerablemente entre países y economías, pero los resultados superan a los de muchas otras naciones con mayores niveles de gasto educativo.
Adicionalmente, la competitividad y la alta exigencia académica también son características distintivas de los sistemas educativos asiáticos. La presión sobre los estudiantes es significativamente mayor en esta región, ya que los sistemas educativos imponen altos estándares de rendimiento y rigurosos planes de estudio. En países como Japón, China y Corea del Sur, los estudiantes enfrentan niveles de exigencia extraordinarios, siendo los exámenes de ingreso universitario, como el Gaokao en China, un claro ejemplo de esta elevada competencia académica.
Además de la competitividad, los expertos han subrayado tradicionalmente la cultura del esfuerzo presente en la región asiática. Valores como la disciplina, el respeto, la perseverancia, la ética laboral y la organización han sido pilares fundamentales en estos sistemas educativos. Estas cualidades contribuyen al desarrollo de técnicas y hábitos de estudio y trabajo que también se trasladan al hogar. En este sentido, las familias muestran un fuerte interés por la educación de sus hijos, apoyando incluso la creciente tendencia de estudiar durante un período determinado en el extranjero.
Otros datos remarcables, los sistemas educativos de países y economías como Singapur, China Taipéi, Corea del Sur y Macao se destacan por la duración extendida de las jornadas escolares y la proliferación de escuelas de refuerzo, lo que ha resultado en una correlación positiva con un mayor rendimiento académico. Además, en lugares como Hong Kong, Japón y Macao, la asistencia a la educación preescolar es prácticamente universal, debido a que más de un 95% de los estudiantes ha asistido a ella.
Estos factores han convertido a los sistemas educativos asiáticos en modelos de referencia a nivel mundial. Sin embargo, los analistas apuntan que este tipo de sistema educativo puede destruir la capacidad de creación, pensamiento crítico y autonomía de los estudiantes. Asimismo, el principal desafío que enfrentan radica en mantener las técnicas educativas que han demostrado el éxito de sus sistemas, mientras fomentan otras capacidades entre los jóvenes para su satisfacción y bienestar.
Departamento de Economía y Empresa de Casa Asia