28/01/2025 | Actualidad > AsiaView

A finales de diciembre del año pasado, Honda anunció el inicio de negociaciones oficiales con Nissan para explorar una posible fusión, que podría transformar la industria automotriz global radicalmente. Las reconocidas empresas japonesas firmaron un Memorando de Entendimiento (MoU) como punto de partida para iniciar las discusiones y evaluaciones necesarias, orientadas hacia una integración de negocios a través del establecimiento de una empresa matriz conjunta (joint holding company).

En paralelo a este acuerdo inicial, cuyo valor potencial se estima en 54 mil millones de dólares, se ha especulado que Mitsubishi Motors, también de origen japonés, podría unirse a esta alianza estratégica. A pesar de los recientes indicios de que esta participación podría no concretarse, su incorporación elevaría el valor proyectado a 58 mil millones de dólares. Se prevé que Mitsubishi tome una decisión final hacia finales de este mes de enero. No obstante, en caso de ser positiva, es probable que los cambios resultantes no se implementen hasta finales de 2026.

De materializarse la fusión de las tres partes, el grupo resultante se convertiría en el tercer fabricante de automóviles más grande del mundo en cuanto a ventas, precedido únicamente por Toyota y el Grupo Volkswagen. Además, este proceso podría representar la mayor integración en la historia de la industria automotriz japonesa.

Retos estratégicos y financieros de la fusión

La fusión aún no está confirmada, y persisten las especulaciones respecto a su viabilidad como alianza estratégica, dado que, a medida que avanzan las negociaciones, emergen ciertos desafíos.

Uno de los principales obstáculos radica en el hecho de que el grupo Renault, conglomerado automotriz francés, posee actualmente el 37,5 % de las acciones de Nissan. De hecho, anteriormente, Renault llegó a poseer hasta un 43%, pero ha reducido su participación accionarial en los últimos años. No obstante, sigue siendo el principal accionista de la automotriz japonesa, lo que complica las negociaciones.

Según un reportaje de Bloomberg News, como consecuencia de esta situación, Honda ha solicitado que Nissan se independice por completo y se desligue de Renault adquiriendo su participación, estimada en 3.500 millones de dólares. Por su parte, el grupo francés ha estipulado que considerarán “todas las opciones en función del mejor interés del Grupo y sus accionistas”.

La petición de Honda surge principalmente por el temor de que una empresa externa, como el fabricante de productos electrónicos Foxconn, que ha mostrado interés en el pasado, decida adquirir la participación de Renault mientras siguen las negociaciones.

Sin embargo, la situación financiera actual de Nissan enfrenta ciertas adversidades. Durante la primera mitad del año fiscal japonés (del 1 de abril al 30 de septiembre), la compañía registró un margen de beneficio operativo del 0,5 %, lo que representó una caída interanual del 90 % en comparación con el ejercicio fiscal anterior. En noviembre, Nissan anunció un plan para reducir 9,000 empleos y el 20% de su capacidad de producción global, debido a la caída de ventas en mercados clave como China y Estados Unidos.

A finales de 2024, la empresa reconoció que solo contaba con unos 9.800 millones de dólares en efectivo. La adquisición de la participación de Renault requeriría destinar un tercio de esa suma, limitando su capacidad para llevar a cabo la operación. Para posicionarse como un socio sólido, Nissan necesitaría triplicar sus beneficios para 2026, lo que le permitiría demostrar mayor estabilidad financiera y afrontar con solvencia la compra de las acciones de Renault, objetivo que se presenta como un desafío difícil de alcanzar con éxito.

Dinámicas del mercado global

La fusión entre las dos empresas responde, entre otros factores, a la creciente competitividad en el sector de los vehículos eléctricos. Además de otros beneficios, les permitiría reforzar su posicionamiento defensivo frente a gigantes internacionales como Tesla y, sobre todo, frente a los productores chinos, que resaltan no solo por sus precios competitivos, sino también por su capacidad de innovación.

A pesar de contar con una situación financiera más estable que Nissan, con una capitalización de mercado superior a los 40 mil millones de dólares, Honda reportó en 2024 ganancias por debajo de lo esperado debido a la caída en ventas en China, frente a competidores como BYD. No obstante, su negocio de motocicletas y vehículos híbridos le permitió mantener una base financiera relativamente sólida. En este contexto, la fusión entre Honda y Nissan podría mejorar su eficiencia en costos y capacidad de producción, preparando mejor a ambas empresas para enfrentar el desafío que representan las compañías chinas.

El creciente interés global por priorizar el sector de los vehículos eléctricos destaca por sus proyecciones futuras, que son especialmente positivas. De acuerdo con un informe reciente de S&P Global Mobility, se proyecta que este mercado crezca más de un 30% el presente año, con una estimación de ventas de aproximadamente 15,1 millones de unidades en 2025. Por otro lado, se espera que el mercado de vehículos autónomos alcance un valor de alrededor de 60.3 mil millones de dólares en 2025 y supere los 448.6 mil millones de dólares para 2035. En 2024, aproximadamente el 80% de todos los vehículos eléctricos vendidos en el mundo fueron fabricados o bien dependieron de fabricantes chinos

Aproximadamente el 80% de los vehículos eléctricos vendidos en todo el mundo en 2024 dependieron de fabricantes chinos para su producción o para la fabricación de alguno de sus componentes clave.

En Japón la amenaza china se presenta con especial fuerza debido a la dependencia histórica del país de la industria automovilística, que ha sido el motor de su economía. Japón ha sido uno de los tres principales productores de vehículos a nivel mundial desde los años 60, y cuenta con una cadena de suministro con más de 60.000 empresas. Según la Asociación de Fabricantes de Automóviles de Japón (JAMA según sus siglas en inglés), este sector emplea al 8% de la fuerza laboral del país.

Así, la creciente capacidad exportadora de las empresas chinas está reduciendo la cuota de mercado de los fabricantes japoneses. Actualmente, China ha superado a Japón como el principal exportador de vehículos del mundo. Además, los compradores chinos también han sido cruciales para el mercado japonés. En 2023, China fue el tercer país al que Japón exportó más vehículos, con un valor de exportaciones de 6.61 mil millones de dólares. La creciente producción interna de vehículos en China no solo reduce la competitividad de las empresas japonesas en el mercado global, sino que también limita su acceso al mercado chino, lo que hace necesaria una adaptación inmediata.

El gobierno chino ha subsidiado su industria de vehículos eléctricos con más de 200 mil millones de dólares en la última década. La inversión fue parte del programa de China para lograr la neutralidad de carbono para 2060. Mientras que casi todos los fabricantes de automóviles tradicionales están luchando, los vehículos eléctricos chinos están expandiéndose rápidamente a nivel global, abriendo fábricas en el extranjero o adquiriendo las de fabricantes establecidos; por ejemplo, BYD compró una fábrica de Ford en Brasil y está construyendo nuevas plantas en Hungría y Turquía, mientras que Chery Auto comenzó a producir EVs en Barcelona con su socio español EV Motors.

Además, algunas de las principales empresas tecnológicas chinas están emergiendo como líderes en innovación dentro de la industria automotriz. Por ejemplo, Baidu está desarrollando robotaxis (vehículos autónomos), y gigantes como Huawei y Xiaomi han comenzado a diseñar sus propios vehículos eléctricos (EVs). Xiaomi, además, ha presentado un modelo cuyo rendimiento en aceleración supera al de competidores como Tesla e incluso Porsche.

Además de las empresas chinas, muchas otras compañías internacionales también están lanzando modelos de vehículos eléctricos innovadores. Por ejemplo, las coreanas Hyundai y Kia han sido destacadas en la lista de mejores vehículos eléctricos mainstream publicada por Consumer Report. Las alemanas Porsche y BMW también han desarrollado nuevos vehículos eléctricos de lujo, lo que subraya que Japón se está quedando atrás en esta carrera tecnológica.

La lenta adopción de los vehículos eléctricos en Japón

Aparte del incremento en la competitividad por parte de las empresas chinas en la industria automovilística, otro factor a considerar es la lenta adopción de los vehículos completamente eléctricos por las empresas japonesas.

En realidad, las empresas japonesas fueron pioneras en el sector de los vehículos híbridoscon el lanzamiento del Toyota Prius, el primer vehículo híbrido de producción masiva, en 1997. Sin embargo, en la carrera global de vehículos eléctricos, Japón no ha sabido mantener el ritmo de sus competidores, al poner en duda el futuro de los vehículos completamente eléctricos, su rentabilidad y sus supuestos beneficios para el medio ambiente, priorizando en su lugar los vehículos híbridos (HEV) y los vehículos híbridos enchufables (PHEV).

Sus apuestas no han resultado ser completamente acertadas. En los últimos años, los vehículos eléctricos se han convertido en una prioridad en cuanto a la transición energética global, y mercados clave alrededor del mundo están implementando medidas para reducir la venta de vehículos tanto híbridos como de combustión interna, e incluso híbridos enchufables. Entre estos mercados se incluyen China, EE.UU., el Reino Unido e incluso Europea, que planea imponer una prohibición de la venta de coches de combustión e híbridos para 2035.

Japón está avanzando de manera más lenta en cuanto a estos cambios. El país cuenta con años de experiencia en el perfeccionamiento de tecnologías de vehículos de combustión interna, cuyas plataformas de fabricación no pueden ser adaptadas fácilmente para la producción de vehículos eléctricos. Además, los procesos de reconversión de dichas plataformas son altamente costosos. Por otro lado, los vehículos eléctricos tienen menos componentes que los de combustión interna, lo que genera dudas sobre el impacto potencial que esto podría tener en sus redes de suministros y partes.

Innovación y sostenibilidad: Los planes de Japón para los vehículos eléctricos

Sin embargo, cabe destacar que la posición de Japón está cambiando. El país está tomando medidas para adaptarse y fortalecer su cadena de suministro doméstica de baterías para vehículos eléctricos, por ejemplo. A finales del año pasado, se anunciaron planes para aumentar los subsidios para la producción de baterías, destinando hasta 2.4 mil millones de dólares en apoyo a proyectos liderados por las grandes empresas del sector.

Por otro lado, la colaboración entre fabricantes se ha convertido en una prioridad para los productores japoneses en su transición hacia los vehículos eléctricos. Esto se refleja en el plan estratégico JAMA Vision 2035, que aborda los principales desafíos que enfrentará la industria en los próximos años, y destaca que muchos de estos retos no pueden ser superados por empresas de forma individual.

Uno de los enfoques clave de esta colaboración es el desarrollo de tecnologías de carga de próxima generación, que reducirán los tiempos de carga y permitirán la estandarización de las especificaciones de semiconductores y baterías. Además, se impulsará el diseño de baterías reciclables como parte de los esfuerzos hacia la sostenibilidad.

En el ámbito del software automotriz, crucial para los vehículos del futuro, se trabajará en la estandarización de los sistemas operativos de los vehículos y en el intercambio de datos sobre sistemas avanzados de asistencia al conductor. En este sector, la competencia con los fabricantes chinos también es significativa.

La adaptación de Japón al futuro

La industria automotriz japonesa enfrenta ciertos retos ante la creciente competencia global, especialmente de China. La posible fusión entre Honda y Nissan podría representar una transformación estratégica clave para enfrentar los desafíos del mercado global. En un contexto donde los vehículos eléctricos se consolidan como el futuro del transporte y la sostenibilidad, Japón busca equilibrar su legado en la tecnología de combustión interna con una nueva visión hacia la electrificación e innovación, asegurando su competitividad a largo plazo.

Foto: CC by Nissan

Departamento de Economía y Empresa de Casa Asia

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