10/12/2024 | Actualidad > AsiaView

Vietnam es un ejemplo notable de transformación económica y resiliencia. Desde un pasado marcado por la agricultura de subsistencia y un modelo centralizado, el país ha evolucionado hacia una economía vibrante, diversificada y globalmente competitiva. Su crecimiento ha sido impulsado por políticas estratégicas como las reformas Doi Moi, que permitieron integrar al país en los mercados internacionales, atraer inversiones extranjeras y diversificar sectores clave como la manufactura, la tecnología y la agricultura. Este artículo explora cómo Vietnam ha logrado posicionarse como un actor destacado en la economía global, así como los desafíos y oportunidades que enfrenta para consolidar su desarrollo económico en un entorno global cambiante.

De agricultura de subsistencia a las reformas Doi Moi

Después de la guerra de Vietnam, el país se enfrentaba a monumentales retos. La guerra había devastado las infraestructuras vietnamitas y su economía era de subsistencia. Los niveles de pobreza eran elevados y la economía nacional dependía de un modelo centralizado dominado por las empresas estatales y agrícolas. El sistema económico alineado con las bases ideológicas del régimen comunista, resulto ser tremendamente ineficiente e incapaz de satisfacer las necesidades de la población.

La agricultura de subsistencia era la base de la economía. Sin embargo, la escasez de alimentos y la baja productividad eran la norma. La mayor parte del origen de estos problemas era el aislamiento internacional de Vietnam. El embargo comercial de los Estados Unidos, impuesto después de la guerra, limitaba el acceso de Vietnam a los mercados internacionales y provocaba una importante dependencia de las ayudas de la Unión Soviética. El colapso del mundo socialista al final de la Guerra Fría dejó al país sin aliados y aún más aislado.

La estagnación económica y el limitado desarrollo industrial significaban que Vietnam tenía serios problemas para ofrecer oportunidades para su población y competir internacionalmente. La necesidad de una nueva dirección era un imperativo para el país.

Reconociendo la urgente necesidad de cambio, el gobierno vietnamita lanzó el programa de reformas Doi Moi (Renovación) en 1986. Este hecho marcó un momento clave en la historia del país al evolucionar de una economía rígidamente planificada desde el estado a una economía socialista de mercado. Las reformas introdujeron un gran número de cambios dirigidos a revitalizar la economía de Vietnam y mejoras las condiciones de vida de la población.

Durante el Doi Moi, Vietnam descentralizó las decisiones económicas, permitiendo compañías privadas operar junto a las empresas estatales, y promovió la inversión extranjera. Estas políticas crearon una economía más dinámica y competitiva, empezando a atraer la atención de los inversores internacionales.

Vietnam también hizo grandes esfuerzos para integrarse en el sistema económico mundial. La normalización de las relaciones con los Estados Unidos en 1995 y el ascenso a organizaciones internacionales como la Organización Mundial de Comercio en 2007 permitieron la entrada de inversiones y el aumento del comercio internacional. Por otra parte, la firma de tratados de libre comercio impulsó la capacidad exportadora de Vietnam.

El impacto de estas reformas fue profundo. Vietnam evolucionó de una economía agrícola a una economía liderada por un creciente sector manufacturero y exportador. La urbanización e industrialización fueron en aumento, creando empleo y transformando ciudades como Hanoi y Ho Chi Minh City en vibrantes centros económicos. Con el tiempo, Vietnam se está convirtiendo en un actor clave en la cadena de suministro, particularmente en los sectores textil y electrónico.

Claves del crecimiento económico de Vietnam

Uno de los mayores motores del crecimiento económico de Vietnam ha sido el sector manufacturero, convirtiendo el país en un actor clave en la cadena de suministro mundial. Las manufacturas electrónicas han tenido un papel destacado. Vietnam también es un líder en el sector textil y la industria de la moda. Los competitivos precios de la mano de obra cualificada y un entorno empresarial favorable hacen del país un destino atractivo para industrias de mano de obra intensiva. Más allá de los sectores textil y electrónico, el país exporta una gran variedad de productos, incluyendo muebles y maquinaria. La diversificación de las exportaciones ha sido crucial para sostener la resiliencia económica de Vietnam en contexto global plagado de incertidumbres.

Mientras la industrialización ha tomado el rol central en el renacer económico vietnamita, el sector agrícola sigue siendo un pilar importante de la economía nacional. El país es uno de los mayores exportadores de arroz, café y marisco, con estos productos contribuyendo significativamente a la generación de empleo. El sector agrícola vietnamita se ha beneficiado de los esfuerzos modernizadores, incluyendo la adopción de técnicas avanzadas e iniciativas en el ámbito de la sostenibilidad.

La acuacultura, particularmente por lo que respecta a las gambas y piscifactorías, se han convertido en una importante industria. Vietnam es un gran exportador de mariscos, suministrando los mercados de Estados Unidos, Europa y Japón. Mejorando los estándares de calidad y centrándose en productos de alto valor, Vietnam mantiene un gran nivel de competitividad en este sector.

El desarrollo de infraestructura ha sido un factor clave en el progreso económico de Vietnam. El gobierno vietnamita ha invertido importantemente en la construcción de parques industriales, carreteras, puertos y aeropuertos para apoyar las actividades comerciales y atraer inversión. Grandes ciudades como Ho Chi Minh City y Hanoi se han convertido en hubs económicos con infraestructuras de transporte bien desarrollada y redes logísticas conectadas con los mercados internacionales. El sector energético también se ha beneficiado de un significativo crecimiento, expandiendo su capacidad para satisfacer la creciente demanda de las industrias locales y de la población en general.

Atracción de inversiones y estrategia China+1

El rápido auge económico de Vietnam está intrínsicamente conectado con el éxito en la atracción de inversión extranjera directa, estableciendo al país como un destino clave para multinacionales buscando diversificar sus cadenas de suministro. La estrategia China+1, adoptada por compañías buscando reducir su dependencia de China, ha impulsado significativamente los flujos de inversión hacia Vietnam. Con costes laborales competitivos, proximidad estratégica con China y un ambiente empresarial favorable, Vietnam ha emergido como una alternativa atractiva para los inversores.

El aumento de la inversión extranjera en Vietnam ha sido provocado por una variedad de factores. Los crecientes costes laborales en China, las tensiones geopolíticas, especialmente entre Estados Unidos y China, y las interrupciones en las cadenas de suministros sufridas durante la pandemia han resaltado la necesidad de diversificación. La mano de obra vietnamita, cualificada y con un menor coste que en otros países de su entorno, una situación política relativamente estable y un régimen regulatorio favorable hacen de Vietnam una opción lógica para aquellas compañías buscando optimizar costes y mitigar riesgos.

La participación de Vietnam en importantes acuerdos comerciales, como el Acuerdo Integral y Progresista de Asociación Transpacífica (CPTPP), cuyos miembros son Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. También es miembro de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), cuyos miembros incluyen Australia, Brunéi, Camboya, China, Indonesia, Japón, Corea del Sur, Laos, Malasia, Myanmar, Nueva Zelanda, Filipinas, Singapur, Tailandia, y Vietnam. El país también ha firmado un Acuerdo de Libre Comercio entre la Unión Europea y Vietnam (EVFTA). La pertenencia a estos tratados comerciales ha contribuido a que Vietnam sea uno de los países más integrados comercialmente, tanto a nivel regional como global. Los únicos cuatro otros países de la región con semejantes alianzas comerciales son Japón, Corea del Sur, Singapur y Nueva Zelanda. Estos acuerdos ofrecen a los exportadores vietnamitas acceso preferencial a los mayores mercados del mundo y un creciente rol como suministrador. Además, la proximidad geográfica de Vietnam a China permite a las compañías mantener los beneficios de las existentes redes logísticas existentes.

Las manufacturas electrónicas han sido clave en la atracción vietnamita de inversiones extranjeras, como importantes actores globales como Samsung, Intel y proveedores de Apple como Foxconn, Pegatron y Luxshare que han establecido operaciones significativas. Samsung y Apple producen una creciente proporción de sus smartphones en Vietnam, contribuyendo a la emergencia del país como hub de las manufacturas tecnológicas de alto valor.

Sectores emergentes como la energía renovable y la industria automotriz también están ganando importancia. Las abundantes reservas de recursos naturales de Vietnam, combinadas con incentivos gubernamentales, han atraído inversiones significativas en producción de componentes eólicos y solares. Además, el sector automotriz se está beneficiando de esta inversión en plantas de ensamblaje y fabricación de partes, posicionando a Vietnam como un potencial actor clave en la industria.

A pesar de los éxitos, Vietnam se enfrenta a varios retos que podrían impactar en la capacidad de capitalizar las oportunidades de la estrategia China+1. Un elemento clave son las limitaciones a la hora de absorber la producción a gran escala. Por ejemplo, mientras Vietnam ha probado su gran capacidad para adoptar industrias como la electrónica y textil, tiene problemas para emular las industrias pesadas chinas a grande escala y manufacturas más avanzadas.

Otro reto es la dependencia vietnamita en la importación de materias primas, particularmente de China. Esta dependencia puede crear vulnerabilidades en las cadenas de suministro, haciendo a Vietnam un hub manufacturero menos independiente. Por ejemplo, la industria textil depende importantemente de las importaciones de telas chinas, siendo vulnerable a posibles cuellos de botella durante disrupciones comerciales.

Además, a pesar de que los costes laborales vietnamitas siguen siendo competitivos, los salarios están aumentando gradualmente mientras la economía y la demanda por mano de obra cualificada crecen. En el futuro, esto podría erosionar las ventajas de coste de Vietnam, particularmente en los sectores de mano de obra intensiva. El país debe focalizarse en aumentar la cualificación de los trabajadores y transicionar a manufacturas de alto valor agregado para sostener la competitividad de Vietnam.

Por último, en relación con lo anterior, la capacidad de inversión en I+D es aún limitada, y tan solo alcanzó el 0,43% del PIB en el año 2021. Esta cifra es muy inferior a la de China (2,5%) o la de Malasia (0,9%).

Departamento de Economía y Empresa de Casa Asia

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